Que Significa El Vino Para Los Cristianos?
Franciscojavier
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El vino, alimento del espíritu Desde su nacimiento, hace más de 5.000 años, el vino ha formado parte de las culturas del ámbito mediterráneo de forma tan intensa que se integra en sus religiones. En algunas se convierte incluso en el mismo Dios. El vino aparece rodeado de un aura especial y, en ese sentido místico, se transforma en alimento del espíritu.
- En la antigüedad se produjo una confrontación entre dos concepciones místicas radicalmente opuestas.
- Las religiones antiguas fueron finalmente desplazadas por las llamadas “religiones del Libro”, lo que supuso un cambio radical en la concepción misma de lo espiritual.
- El vino mantuvo un papel importante a pesar de esos cambios y conservó su dimensión esotérica, aunque con algunas diferencias sustanciales.
La lucha de las dos concepciones religiosas se refleja claramente en la Biblia, en la lucha del concepto hebreo (la primera religión del Libro) contra la mitología de los pueblos de Canaán, la Palestina actual, una región considerada por los judíos nada menos que como la “tierra prometida por Dios”.
En consecuencia, el “pueblo de Dios”, el pueblo judío, se atribuye el mandato divino de destruir a los pueblos que habitan Palestina. En sus mandamiento les dice “no matarás”, pero luego ordena: “Ve a Canaán y mata a todos los que encuentres allí”. Cuestión milenaria que explica muchas cosas aún hoy. La invasión puramente guerrera se viste con un manto religioso.
El enfrentamiento económico (las tribus ganaderas nómadas de Israel ambicionaban los pastos de Palestina, “tierra de leche y miel”) se envuelve de misticismo escenificando un claro enfrentamiento de dos conceptos irreconciliables: la sociedad matriarcal de la diosa Astarté, pacífica, hedonista, agrícola, es desplazada violentamente por el belicoso pueblo ganadero de Yahvé.
- Se impone una religión monoteísta, de una divinidad celestial inaccesible y de culto a la muerte, frente a las divinidades ctónicas y la celebración de la vida del viejo sistema.
- La adoración a un dios recluido en los templos se impone al culto a la naturaleza, que se celebraba en todas partes.
- En el proceso, que se prolonga en el enfrentamiento entre el cristianismo y el politeísmo de Roma, el vino mantiene su carácter de elemento relacionado con la divinidad, pero cambia sustancialmente su concepción mística.
En las religiones antiguas, hedonistas y antropomorfas, el vino simboliza la unión de lo terrestre y lo espiritual, en un plano similar al que se atribuye al sexo, con el que está íntimamente relacionado en celebraciones como las bacanales o la idea tántrica de “los cinco esenciales”: cereales (simbolizan el reino vegetal), carne (el reino animal), pescado (el reino acuático), vino (el ámbito sensorial) y unión sexual (el reino de lo espiritual).
- Esos cinco elementos conviven en un ritual que tiene mucho en común con las bacanales, en las que se manejan conceptos como “la borrachera sagrada” o “el sexo sagrado”.
- Las religiones del Libro (judaísmo, cristianismo e islamismo) repudian y combaten, con éxito, como es público y notorio, esa filosofía sensorial y se especializan en lo espiritual y en la represión de las inclinaciones hedonistas.
Conciben el paso por la tierra, el “valle de lágrimas”, como una especie de prueba iniciática para conseguir la dicha en una vida futura. El sexo se convierte en pecado (hasta el punto de que el dios de los cristianos es concebido sin intervención del sexo) y el vino pierde el carácter de vehículo de unión entre lo terrenal y lo espiritual y, para una parte de los cristianos, los católicos, adquiere el nivel máximo de bebida sagrada y pasa a ser nada menos que parte de la divinidad, la sangre de Cristo, aunque sigue siendo accesible al humano.
- Hay que decir que esa separación del vino de su vínculo con el placer terrenal fue progresiva.
- En las primeras fases del cristianismo mantiene su carácter sensorial, continuación, como tantas otras cosas en esa nueva religión, de las prácticas paganas imperantes.
- El episodio de las bodas de Caná, en las que se pone en evidencia la relación estrecha del vino con los placeres de la carne, revela también que, tal como se sospecha, el fundador del cristianismo era mucho menos asceta de lo que fueron sus seguidores y de lo que difunde la doctrina oficial.
En la tercera religión del Libro, el islam, el vino escapa del alcance humano; está prohibido, como todo lo que afecta al cerebro (narcóticos), y, sin embargo, forma parte del premio que el Corán reserva a sus fieles: “He aquí el cuadro del Paraíso que ha sido prometido a los hombres piadosos: arroyos cuya agua no se malea nunca, arroyos de leche cuyo gusto no se alterará jamás, arroyos de vino, delicia de los que lo beban, arroyos de miel pura, de toda clase de frutos y del perdón de los pecados”, amén de la tantas veces prometida presencia de las huríes.
- La prohibición coránica no ha sido monolítica a lo largo de la historia.
- Abundan las referencias, sobre todo en Al-Andalus a través de los poetas cordobeses, del consumo de vino entre los musulmanes.
- Pero ese consumo no es únicamente una trasgresión pecaminosa más o menos disimulada (en algunas etapas el vino es denominado eufemísticamente “jarabe”, tal vez por tratarse de vinos dulces del estilo de los pedroximénez actuales).
Los sufistas, cuya filosofía concibe el mundo como una emanación de Dios, consideran al vino como un símbolo de la gracia divina y heredan una idea que tiene gran relieve en el cristianismo, aunque es mucho más antigua, la del vino como sangre divina: para griegos y romanos es la sangre de Dionisos/Baco.
Dogma de fe El vino aparece en los primeros pasos de la mitología de las religiones del Libro con un papel cargado de simbolismo. Adán y Eva se cubren con una hoja de parra cuando son expulsados del Paraíso y, según la Mishna hebrea, el árbol de la ciencia, del bien y del mal que provocó el desastre sería una viña y no un manzano.
Ese concepto tiene continuación en la interpretación cabalística del mito de Noé, un personaje, por cierto, que existe también en las tradiciones del Asia Central; según los cabalistas el mito de Noé es una alegoría del conocimiento y la borrachera simboliza el acceso al conocimiento.
- Sin embargo, el episodio donde el vino adquiere todo su peso iniciático y en el que adquiere su dimensión mística cristiana es en el de la última cena, el ofrecimiento simbólico del pan y el vino, convertidos en carne y sangre de Cristo, es decir, del mismo Dios.
- Es una carga esotérica que se proyecta a la epopeya legendaria de la búsqueda del Grial, que es precisamente la copa utilizada por Jesús en la última cena, e interviene en la investigación alquimista de la piedra filosofal con algunos efectos colaterales: en la búsqueda del espíritu del vino se llega a los espirituosos, aprovechando el arte de la destilación, desarrollado por los árabes.
La última cena se reproduce simbólicamente en la ceremonia más importante del rito católico, la misa. No obstante, en los primeros siglos del cristianismo el ágape era real y se conmemoraba la última cena con un auténtico banquete, más o menos pródigo.
Tal vez hubo más de un exceso de aire un tanto báquico y en 363 el Concilio de Laodicea prohibió tales ágapes, que quedaron en un mero símbolo: la hostia (palabra que tiene su raíz en el latín hostis, sacrificio) y el vino. Por cierto que el vino quedó reservado a los oficiantes, de forma que los sacerdotes fueron los únicos que tenían acceso a la sangre (el vino) mientras que los fieles se conformaban con la carne (la hostia), tal como se celebra en la actualidad.
En la misa, los fieles entran en contacto directo con la divinidad y reproducen la ofrenda iniciática del pan y el vino, transformados milagrosamente en la carne y la sangre del fundador del cristianismo. Esa ceremonia, y concretamente la transformación del vino en sangre y el pan en carne, fue el origen de duras controversias, hasta el punto de provocar uno de los más sangrientos cismas de la cristiandad.
El Concilio de Trento estableció en el siglo XVI el dogma de fe de la “transubstanciación”, es decir el cambio milagroso de la propia sustancia del pan y del vino consagrados, que se convierten durante la Eucaristía en carne y sangre divinas. La transubstanciación es para los cristianos católicos una conversión real y no simbólica, como mantenía el suizo Zwinglio, o ideal o virtual, tal como mantenía el francés Calvino, dos de los más destacados herejes de la cristiandad.
Su calificación como dogma de fe significa que los católicos han de creer en el principio de la transubstanciación al margen de lo que les digan sus sentidos. Es decir, el vino de misa tiene aspecto de vino, huele a vino (más o menos) y sabe como el vino, pero es sangre.
- Y la hostia, igual.
- Un vino puro Con ese importante destino, el vino de consagrar no puede ser un vino cualquiera.
- Ha de ser un vino puro y natural obtenido de uvas (“vinum debet esse naturale de genimine vitis et not corruptum”, dice el Canon 924), según los criterios establecidos por la jerarquía católica, que ha regulado minuciosamente los procesos de elaboración del pan y el vino de consagrar a través del Canon 815 del Código de Derecho Canónico, que data de 1917.
El vino de misa, ese oscuro objeto del deseo de todo monaguillo que se precie, tiene tras sí todo un complejo entramado de normas para su elaboración, definida y controlada nada menos que por el organismo eclesiástico heredero de la Inquisición. No en vano, la ausencia de cualquiera de las tres características esenciales, natural, puro y de uva, invalida la ceremonia de la misa.
- El vino de misa ha de estar elaborado exclusivamente con uvas y tiene que haber fermentación.
- La norma no admite el mosto ni los vinos desalcoholizados.
- Se acepta el vino de pasas pero no el de uvas agraces y en su elaboración y conservación no deben intervenir prácticas ni productos que alteren la naturaleza del vino o su composición.
En la fermentación, que ha de ser “natural”, se admite el uso de levaduras cultivadas pero no el de las modernas levaduras seleccionadas. Se prohíbe la adición de productos enológicos habituales, como yeso, azúcar, colorantes o decolorantes, taninos y clarificantes, con la excepción de clara de huevo, papel puro, sílice y asbesto.
La jerarquía no considera aptos los vinos alterados o picados, pero está también prohibido el sulfitado de los vinos, aunque se admite la desinfección con sulfuroso de los depósitos y barricas, así como de los mostos. Para la conservación del vino se autoriza la pasteurización, la concentración por frío, por vacío o por calor (calor moderado y aplicado por “baño maría”, no por fuego directo; no se autoriza la adición de alcohol, salvo en el caso de que haya riesgo de que el vino se corrompa.
La adición de agua se autoriza únicamente en el momento de la Eucaristía y sólo por considerar que reproduce la práctica habitual hace dos mil años de “bautizar” ligeramente los vinos. El resultado final es un vino blanco y dulce, con 100 a 150 gramos de azúcar por litro, y la verdad es que no demasiado atractivo según los parámetros actuales ya que la prohibición de adiciones y prácticas enológicas dejan al vino desprotegido ante los agentes externos, sobre todo ante la oxidación.
¿Qué significado tiene el vino en la Iglesia?
El vino de misa, el primer vino natural ¿Se han preguntado alguna vez qué vinos toman los sacerdotes durante la Eucaristía? No cabe duda que el vino juega un importante papel en la historia de la religión Cristiana. Una bebida que se bendice, que aparece en diversos pasajes de la Biblia.
- Sin duda conocemos el pasaje en el que Jesucristo transforma el agua en vino en una boda celebrada en Caná de Galilea; al igual de su importancia en la última cena, cuando el predicador les recita a sus discípulos “tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre”.
- El vino en el Evangelio es un emblema de bonanza, una parte fundamental de la alimentación junto al pan o al aceite ; un símbolo de amistad, de amor entre los hombres.
Si bien es cierto, son varias las referencias en las escrituras sagradas que aconsejan beberlo con moderación. Pero, ¿vale cualquier vino para Misa? No, no sirve cualquiera. Y su definición no va ligada al precio, ni a los meses de barrica, variedades o puntuaciones.
Una de las características fundamentales del vino de Misa es que debe ser un vino natural, sin aditivos. Las normativas de elaboración del vino de Misa para la Iglesia Católica se regularon en los concilios de Florentino y de Tridentino; pero fue un padre jesuita quien en 1944 publicó el libro ‘El Pan y el Vino Eucarístico’ donde recoge una estricta normativa sobre la elaboración de vinos aptos para la consagración.
Los vinos para Misa deben proceder exclusivamente de vitis vinífera de cualquier variedad, pero no son válidos si proceden de vides salvajes. La normativa dice que se prefieren los vinos dulces, por aquello de que los sacerdotes deben tomarlo en ayunas y de esa manera les facilita su fácil consumo, aunque también pueden ser vinos secos.
La variedad italiana Moscato es muy común para elaborar vinos de Misa. El contenido en azúcares debe provenir de forma natural, no se permite la chaptilización, ni la adición de mosto o mistelas antes de la fermentación; aunque sí se permite la pasificación de la uva. Durante la Eucarística sí que está permitido añadir un poco de agua o mosto al vino, ya que normalmente presentan alta graduación alcohólica.
Tampoco está admitida la adición de alcohol, excepto para parar la fermentación alcohólica y dejar una importante cantidad de azúcar residual. Es interesante señalar que el vino eucarístico debe ser fermentado con levaduras naturales, excepto cuando haya problemas con el arranque de la fermentación alcohólica, y no se permite el uso de aditivos como colorantes y conservantes –por ejemplo el sulfuroso-, excepto algunos naturales como la clara de huevo.
- Con respecto a las variedades, como hemos comentado es usual que el vino de Misa se elabore con Moscato por su dulzor, pero también depende de la zona de producción.
- En la Iglesia Católica se prefiere el vino de uvas blancas, bien maduras, mientras que en la Iglesia Ortodoxa se apuesta por el vino tinto debido a su parecido con la ‘sangre de Cristo’.
La religión judía también tiene su propio vino, el Kosher, pero de él hablaremos en un próximo post. : El vino de misa, el primer vino natural
¿Dónde habla del vino en la Biblia?
¿Qué vino bebió Jesús? (CNN)- La Biblia hace referencia al vino en varias ocasiones: Noé se embriagó luego de beber el mismo después del diluvio. Jesús convirtió el agua en vino. Es elogiado en Eclesiastés y vilipendiado en Proverbios. Sin embargo, en ninguna parte de la Escritura se específica el tipo de vino.
- Hasta ahora.
- Un pequeño pero creciente número de bodegas en Israel y Cisjordania están tratando de recrear el vino de la Biblia, al combinar antiguas variedades de uva con la ciencia moderna para identificar y producir el vino consumido hace miles de años en la Tierra Santa.
- A la gente le entusiasma mucho beber un vino que el rey David tuvo en su mesa, o por la misma razón, Jesús o cualquier otra figura bíblica”, dice Eliyashiv Drori, quien inició una bodega boutique cerca de su casa en un asentamiento de Cisjordania.
“Todos crecieron aquí, todos ellos vivieron aquí, y todos comieron y bebieron vino aquí”. Drori, investigador de vinos del Centro Regional R&D; de Samaria en la Universidad de Ariel, examina las semillas de uva preservadas que fueron encontradas en excavaciones arqueológicas para identificar los tipos de uva utilizados para hacer vino.
- Él dice que había diferentes variedades de vino en los tiempos bíblicos: rojo y blanco, secos y dulces.
- Pero dice que posiblemente no hacían vino de uvas específicas, como las actuales variedades Cabernet Sauvignon y Merlot.
- Su investigación ha identificado 120 variedades de uvas únicas de la región, de las cuales unas 20 son adecuadas para la elaboración del vino.
“Para mí, volver a conectarnos con eso en realidad es volver a conectarnos con nuestras raíces, con nuestra historia y con la forma de vida de nuestros antepasados. Eso es algo importante para mí”, dice Drori.
Dominio otomano, uvas francesas La producción de vino estuvo estrictamente limitada a la Tierra Santa durante cientos de años bajo el Imperio Otomano.Las uvas que sobrevivieron fueron uvas de mesa, pero no todas las uvas de mesa producen un buen vino.Cuando el barón Edmond de Rothschild reinició la industria del vino de Israel en la década de 1880, utilizó para ello uvas importadas de Francia.
Hoy en día, más o menos 300 bodegas de Israel producen 36 millones de botellas de vino. Los productores de vino dicen que las uvas importadas solo permitirán que la industria del vino avance hasta cierto punto. Las uvas nativas dieron lugar a un nuevo mercado potencial para los productores locales de vino.
- Recanati Winery en el norte de Israel ha comenzado a producir vino de la variedad de uva Marawi.
- La bodega produce 1 millón de botellas de vino al año.
- Hasta ahora, solo 2.500 botellas son de vino Marawi, pero los propietarios esperan que el nuevo vino añejo tenga auge.
- La variedad Marawi es nuestra especie única y nativa que ha sido cultivada en Israel durante cientos de años.
Esta es nuestra oportunidad de aportar algo nuevo al mundo y mostrarle al mundo que somos innovadores y tenemos una tradición en esta industria”, dice el vinicultor de Recanati, Gil Shatsberg. La botella de Recanati tiene etiqueta en idioma inglés, hebreo y árabe como una forma de reconocimiento a las diferentes personas detrás de este vino.
- Dado que la uva es de origen árabe y el vinicultor es palestino, les dimos crédito a todos”, dice el director ejecutivo de Recanati, Noam Yacoby.
- Único en la región En el valle entre Belén y Jerusalén, las ciudades que marcan el comienzo y el fin de la vida de Cristo, Cremisan Winery fue la primera en producir vino que utiliza solo uvas nativas de la región desde el 2008.
Utiliza uvas como Dabouki, Hamdani, Jandali y Baladi. Estos no son tipos de vino conocidos, pero Cremisan espera que eso cambie. En el mercado del vino altamente competitivo, ofrecer un producto único puede hacer una gran diferencia. “Para mantenerse fuerte en el mercado, es necesario contar con vinos únicos como estos”, dice Ziad Bitar, gerente de ventas de Cremisan.
¿Qué significa el vino como ofrenda?
El Papa explica el significado de la presentación del pan y el vino en la Misa El Papa explicó en la audiencia general el rito de presentación de las ofrendas. Recordó que en la Misa la Iglesia “usa los mismos signos y gestos que realizó Jesús la víspera de su Pasión para hacer presente el sacrificio de la nueva alianza sellada por Él en el altar de la Cruz”.
“Con la oración sobre las ofrendas, el sacerdote pide a Dios que acepte nuestra pobre ofrenda y que la transforme con el poder del Espíritu Santo en el sacrificio de Cristo”, añadió. Por eso, concluyó, “este momento de la Misa está impregnado de una profunda espiritualidad de la donación de uno mismo, que ilumina toda nuestra vida y nuestras relaciones con los demás, ayudándonos a construir la ciudad terrena a la luz del Evangelio”. RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL Queridos hermanos y hermanas:
En la liturgia eucarística la Iglesia, obediente al mandato de Jesús, hace presente el sacrificio de la nueva alianza sellada por Él en el altar de la Cruz. Para ello, usa los mismos signos y gestos que realizó Jesús la víspera de su pasión. El primero es la preparación de los dones, momento en el que se traen al altar el pan y el vino, los mismos elementos que Jesús tomó en sus manos.
- En esta ofrenda espiritual de toda la Iglesia, se recoge la vida, los sufrimientos, las oraciones y los trabajos de todos los fieles, que se unen a los de Cristo en una única ofrenda.
- Por eso es muy bueno que sean los fieles quienes presenten al sacerdote el pan y el vino para que él los deposite sobre el altar.
Nos puede parecer poco lo que nosotros ofrecemos, pero ese poco es lo que necesita Jesús para transformarlo en el don eucarístico, capaz de alimentar a todos y de hermanar a todos en su Cuerpo que es la Iglesia. Con la oración sobre las ofrendas, el sacerdote pide a Dios que acepte nuestra pobre ofrenda y que la transforme con el poder del Espíritu Santo en el sacrificio de Cristo que, como el incienso, sube al Padre, que lo recibe con agrado.
Este momento de la Misa está impregnado de una profunda espiritualidad de la donación de uno mismo, que ilumina toda nuestra vida y nuestras relaciones con los demás, ayudándonos a construir la ciudad terrena a la luz del Evangelio. Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.
En este tiempo de cuaresma los animo a vivir profundamente la espiritualidad de la entrega que la Eucaristía nos enseña, de modo que la oración, el ayuno y la limosna de estos días, den frutos concretos de auténtica conversión del corazón. Muchas gracias.
¿Qué dijo Jesús a sus discípulos al tomar el vino?
Capítulo 49: La primera Santa Cena Capítulo 49 Imagen Cada año los judíos tenían una fiesta llamada la Pascua. Esa fiesta les ayudaba a recordar que Dios había salvado a sus antepasados en la época de Moisés. Imagen Jesús y los Doce Apóstoles necesitaban un lugar para comer la cena de Pascua. El Salvador envió a Pedro y a Juan a buscar un cuarto y ver que todo estuviera preparado para la cena. Imagen Encontraron un cuarto y prepararon la cena. Imagen Jesús y todos los apóstoles fueron a ese lugar, y allí comieron todos juntos la cena de Pascua. Imagen Jesús les dio la Santa Cena a Sus apóstoles por primera vez. Tomó el pan entre Sus manos, lo bendijo y después lo rompió en pedazos. Les dijo a los apóstoles que comieran el pan. Imagen Jesús les dijo que al comer el pan pensaran en el cuerpo de Él. Les pidió que recordaran que Él moriría por ellos. Imagen Jesús sirvió el vino en una copa. Bendijo el vino y les dijo a los apóstoles que lo tomaran. Imagen Jesús les dijo que al tomar el vino pensaran en la sangre de Él. Les pidió que recordaran que Él sangraría y sufriría por los pecados de todas las personas. Imagen Jesús también les dijo a los apóstoles que pronto unos hombres inicuos lo matarían. Once de los apóstoles se pusieron muy tristes porque amaban al Salvador y no querían que Él muriera. Jesús sabía que uno de los apóstoles ayudaría a los hombres inicuos. Ese apóstol se llamaba Judas Iscariote.
¿Qué representa el vino en el tiempo de Jesús?
El vino en la época de Jesús de Nazaret. Partiendo de la premisa de que el vino, vino es, pensemos en el vino que podrían haber bebido en la época de Jesús de Nazaret. Sería un vino muy diferente al que tomamos ahora. Sería un vino mezclado con resina de árboles como la mirra y el incienso.
- Los viticultores creían que la resina de la encina conservaba el vino.
- Asi también era macerado con frutas, especies y plantas como mandrágoras, granadas, azafrán, romero, vainilla, canela,.
- No sólo para darle mejor sabor sino para su conservación.
- También hay que anotar que el vino según la clase social estaba más o menos rebajado con agua entre otras características.
El vino se bebía en tazas de metal, en cuencos o tazas de barro. Ya se conocía el vidrio pero era muy caro y escaso. El agua no era a menudo pura y se solía consumir el vino. El vino se guardaba en odres, para los que usaban las pieles de las cabras u otros animales o se podían también guardar en vasijas altas y se tapaban con tapones de madera.
- Se filtraba antes de beber e igual se podría haber clarificado con clara de huevo, aunque ya no es prácticamente usada esta técnica, si bien es cierto que se ha hecho hasta hace poco en las bodegas.
- El vino nos acompaña a lo largo de la historia de la humanidad y en la vida de Jesús tiene un lugar importante.
Si bien es cierto que el primer milagro público de Jesús, fue la conversión del agua en vino en las Bodas de Caná, Y su último milagro público fue la conversión del vino en su sangre en la Última Cena, por eso el vino es la bebida más importante para los cristianos como así se refleja en la misa.
Jesús dejó en la eucaristia este legado. Recordemos que se viene haciendo referencia a esta preciada bebida a lo largo de diferentes momentos tanto en la Biblia que está llena de alusiones al consumo del vino hasta el Antiguo Testamento y otros libros como el Cantar de los Cantares. Recordemos también que Noé plantó un viñedo después del diluvio (Génesis 9:20 ) y he leído en algún que otro articulo que fue el primero que se emborrachó y que no fue una ramita de olivo lo que encontró sino de vid.
Como el vino era una bebida sagrada, solo tenían que hacerlo manos judías. El vino tendría que ser tinto porque se habla de su color morado y rojo, se compara al color de la sangre. Podría ser también un vino elaborado con “pasas negras”, esto se encontró en el interior de la ciudad de Judá por los arqueólogos y es una inscripción en una jarra.
- En el antiguo Israel había uvas abundantes y preciosos viñedos.
- Las uvas se usaban en su mayoría para elaborar vino y en contadas ocasiones se comían directamente.
- Los antiguos judíos eran conscientes de que había que beber el vino con moderación porque éste podría llegar a ser peligroso.
- Las advertencias y la embriagadez se recogen en las escrituras.
El vino animaba el corazón y parece ser que e reconocían este efecto medicinal, pero también servía para matar las bacterias del agua ( de lo que antes no se sabía nada). Este es un tema apasionante para profundizar y estudiar. Yo sólo he pretendido dar unas pinceladas y recoger algunas de las anotaciones que he estado investigando y documentándome para representar lo mejor posible mi personaje en el Belén Viviente de Los Tablones el 23 de diciembre de 2018.
¿Qué dijo Jesús cuando cogió el vino?
Lectura de la carta a los Hebreos (9,11-15): – Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Su tabernáculo es más grande y más perfecto: no hecho por manos de hombre, es decir, no de este mundo creado. No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna.
Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo.
Por esa razón, es mediador de una alianza nueva: en ella ha habido una muerte que ha redimido de los pecados cometidos durante la primera alianza; y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna. Palabra de Dios : “Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio”
¿Qué significa cuando te regalan un vino?
Regalar una botella de vino y su significado social – Una botella de vino como detalle siempre es algo original y bastante común en ocasiones especiales como bodas, comuniones, bautizos o la época navideña, entre otras. Pero va más allá de un simple gesto amable, el vino simboliza la amistad entre los comensales, es una forma de agradecimiento a una invitación,
¿Que simboliza el vino nuevo?
Vino nuevo = el evangelio de Cristo – la buena nueva de salvación anunciada por Jesucristo en palabra y hecho tanto como en su misma persona.